La evaluación de la faloplastia como cirugía genital masculinizante en personas con disforia de género (mujer a hombre) encontró que es un procedimiento altamente individualizado, lo que implica que tenga una gran variabilidad dificultando la síntesis de los resultados. La calidad de la evidencia localizada fue muy baja por lo que la fiabilidad de su efectividad y seguridad es muy incierta. Al no encontrar estudios comparativos no fue posible determinar si el balance riesgo-beneficio resulta a favor o en contra de la intervención frente a las posibles alternativas (quirúrgicas o médicas).