Las arritmias son alteraciones cardíacas cuyo diagnóstico se realiza mediante el análisis de un electrocardiograma (ECG). Los dispositivos subcutáneos insertables permiten monitorizar el ECG durante varios años, ayudando a registrar y diagnosticar arritmias paroxísticas. No obstante, estos dispositivos generan falsos positivos (FP) que deben ser descartados por el personal clínico. La revisión de la literatura muestra que la inteligencia artificial (IA) podría reducir los FP detectados. Sin embargo, el cuerpo de evidencia compónse de pocos estudios y con un elevado riesgo de sesgo. Asimismo, el impacto de la IA está ligado a la capacidad diagnóstica de los dispositivos insertables y no puede ser evaluado por separado.